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09 junio 2012

Si tú estás a mi lado, la vida es menos puta.

Te vuelves a encontrar a ti, una vez más frente al espejo. Repitiéndote eso de 'mañana será otro día, todo mejorará' cuando lo que quieres es que vuelva a ser todo como antes, a volveros a querer como a nadie. Pero los días pasan y llegan los mañanas, toda la mierda sigue ahí. Joder, es que ni si quiera entiendes como ha dado tantas vueltas tu vida. Pasaste de ser aquella por la que daría su vida a ser una chica a la que solía conocer. Pasaste de ser esa que le daba el oxígeno con los labios a ser la chica a la que cuando ve se cruza de calle. Pasaste de ser la única para él a convertirte en una cualquiera, en alguien que no importa. Pasasteis de ser todo lo que deseabais a ser nada. Dios, ya  ni si quiera recuerdas la felicidad que sentías cuando estabas a su lado. Suena vuestra canción, maldita música. Encuentras vuestras fotos, malditos recuerdos. Ahora lo único que te queda eres tu misma y ese diario viejo en el que todas las páginas están rayadas por la furia que sientes hacia el pasado. Recuerdas los días en los que llorar no era costumbre, los días en los que las sonrisas te las sacaba él, aquellos en los que pensabais que juntos venceríais cualquier problema, que los 'para siempre' a vuestro lado era poco tiempo. ¡Los putos tres metros sobre el cielo no era ni si quiera lo que alcanzabas cuando él te miraba! Te vuelves a mirar en el espejo, ya ni te reconoces. Rimel corrido de las veces que has llorado, ojos hinchados, pelo despeinado, cortes en tus pequeñas muñecas. Esas muñecas que él cogía y besaba cada vez que recordaba lo que habías hecho un tiempo atrás. De nada sirve la vida si no está él a tu lado. Miras una vez más sus nuevas fotos, con su mierda de vida perfecta. Porque es verdad, la vida es una mierda. No siempre te das cuenta al principio, porque la realidad se camufla, pero poco a poco la ves y es cuando sabes que no vale la pena sufrir más, sólo quieres desaparecer, desvanecerte con el tiempo. Coges el pintalabios que usaste la primera vez que quedaste con él, ese que desapareció a los minutos después de haberos besado unas mil veces. Escribes en el espejo. Te das la vuelta y te encaminas hacia la bañera, aún no sabes si esto está bien, pero no puedes más. Marcas su número mientras metes la cabeza debajo del agua. Ahora sólo oyes vuestra canción y su voz en sintonía, lo único que quieres que escuche son tus últimos latidos, aquellos que siempre le han pertenecido. Y así es como te liberas del dolor, las últimas burbujas de aire y una frase que siempre quedará marcada. 
" Susúrrame que el pasado es como un día malo, que siempre vas a estar aquí. Ahora el para siempre quedará marcado en nuestro amor "



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