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13 mayo 2012

La música no suena igual si no la escucho de tu voz.

Lo ves. Miras su sonrisa. No es perfecta pero es la más bonita que tus ojos podrán ver. Sonríes. Él ni si quiera sabe que existes. Lo observas. Te fijas en su andar. No le preocupa lo que piense la gente. Siempre lleva esa mochila vieja que le queda grande. Esos pantalones caídos porque ni se molesta en comprarse un cinturón. Sudadera ancha. Lo sigues mirando. Pasa por tu lado y ni se inmuta. Mierda. Sueñas con él. Tienes un motivo por el que levantarte. Piensas que hoy será distinto. Pero no lo es. Siempre la misma puta rutina. Hasta que un día todo cambia. Se acerca. Te sonríe con su preciosa sonrisa. Te dice que si quieres escaparte con él. Está loco. Ni si quiera lo conoces. Aceptas. Habláis. Te cuenta que pasa todos los días por la misma calle para ver como lo miras. Te sonrojas. Ahora seguro que se va. No lo hace. Se queda contigo. No sabes ni donde os encontráis. Te dice que te quiere llevar a un sitio especial. Lo miras de reojo. Tiene los ojos más bonitos que te puedas encontrar. Marrón claro. Pero no un marrón normal, no. Si no su marrón. Precioso sin duda. Entras en un parque. Ves un banco a lo lejos. Te coge de la mano y corre hasta allí. Os sentáis. Le preguntas en dónde te encuentras. Él te dice que en el sitio especial. No tiene nada de especial en realidad. Te mira a los ojos y te dice que hoy estás preciosa. Te acaricia la cara. No puedes evitar mirar a esos labios que te encandilan. Porque es verdad, lo hacen. Te besa. Una vez. Dos veces. Tres. Cuatro. Pierdes la cuenta. Retiras lo dicho, este es el sitio más especial en el que has estado. Bonito momento el que estás viviendo piensas. Todo es tan surrealista que te preguntas que si él existe de verdad. Saca de su vieja mochila un iPod viejo. Te da un auricular. Suena una canción. Ni si quiera sabes cual es y ya te has enamorado de la letra. Trata de un chico que se fija siempre en la misma chica. Aquella que lo mira desde lejos y nunca le dice nada. Cuenta como se enamora de su sonrisa, de sus ojos, de lo tímida que parece, de lo preciosa que está con esa nueva camiseta que se ha comprado. Reconoces la voz del cantante. Es la suya. Lo miras incrédula de lo que escuchas. Él te dice que siempre se ha fijado en ti. Imposible creer que ni si quiera sabes su nombre y ya lo necesitas a tu lado. Todavía te cuesta creer que lo quieres. Pero es verdad. Lo quieres con cada partícula de tu esencia. Es tan ilógico. Pero, ¿qué amor no lo es? 





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